domingo, 24 de septiembre de 2017

Ejercicios para entrenar la imaginación

Si queremos mantenernos en forma a la hora de escribir, no podemos olvidar que la mente es plástica y, al igual que los músculos, se desarrolla ejercitándola. Una forma de calentar motores y que suele utilizarse con los niños y también en adultos para ejercitar la memoria son los sudokus mentales, que aumentan la concentración y están compuestos por una amplia y variada gama de ejercicios, de los que voy a enumerar unos cuántos:

  1. Juegos de palabras o palabras encadenadas: Elaborar una lista de forma que cada palabra comience con la sílaba de la palabra anterior (para hacer el juego más dinámico podemos hacerlo en familia o con nuestros hijos estableciendo un tiempo límite y comprobando después la cantidad de palabras que hemos conseguido elaborar individualmente)
  2. Escribir nombres de personas que comiencen con una determinada letra (se puede primero comenzar por la inicial y continuar por un par de letras intercaladas en el nombre)
  3. Escribir oficios que se recuerden en un tiempo record (por ejemplo tres minutos)
  4. Otras muchas técnicas que pueden ayudarnos como, por ejemplo, jugar a hacer crucigramas con las palabras, hacer anagramas: formar distintas palabras con las mismas letras
  5. Juega a elaborar palíndromos: palabras que pueden leerse en los dos sentidos a la vez sin cambiar el significado (por ej: reconocer) o cambiándolo.
  6. Buscar sinónimos o antónimos o jugar a elaborar aliteraciones o mensajes ocultos en versos (por ejemplo, leyendo la primera palabra de cada uno, en sentido vertical.
Pasando a los ejercicios de escritura o disparadores creativos podemos encontrar clásicos como:

-La tormenta de ideas que, como su nombre indica consiste en anotar las ideas que se nos ocurran a bote pronto, sin pararnos a pensar hasta que tengamos un buen número de ellas. No olvidéis que unas ideas pueden dar lugar a otras, en un bucle que va abriendo más posibilidades. Una vez hayáis estirado esta fase, tocará analizar las ideas anotadas, desechar las que os parezcan más inverosímiles y reservar las otras. Dentro de esta segunda fase, podemos clasificar las ideas según lo factibles que nos resultan y guardarlas por categorías, como semillas que al elaborarlas puedan dar origen a un relato. De tal modo que contaríamos con una especie de "despensa de ideas" guardadas por géneros: fantasía, realismo mágico, CiFi, misterio, etc...

-Observación No olvidéis tampoco que un buen escritor es también un buen observador, que siempre está a la caza de la historia o relato. A veces una idea os asalta y no tenéis dónde anotarla y como la mente salta continuamente de un concepto a otro, no siempre conseguís recuperar esa idea que se pierde en el limbo de la memoria. Para que esto no suceda y tengáis a mano un recuros podéis llevar en vuestro bolso una pequeña libreta para tener siempre a mano y anotar las ideas o, en caso de no tenerla,  también podéis crear una nota en el teléfono móvil sobre cualquier anécdota de la calle, un letrero, un título, os llame la atención. Lo importante es desarrollar ese sentido de alerta literaria.


-Otro ejercicio para incentivar la imaginación consiste en abrir un diccionario al azar y escoger una o varias palabras como disparadores para comenzar a escribir un texto corto.

-Hay muchos más ejercicios para aumentar la creatividad, pero en esta entrada he escogido solo unos cuántos, en próximas entradas trataré más a fondo el tema de  los Disparadores creativos.

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